Zoo-ilógico

No les toquéis las palmas, que se conocen, o eso debió pensar ayer nuestro profesor cuando vió el  ‘zo-ilógico’ digno de un monólogo que se montó en clase.

Fue algo así:

Aún así, con la mayor normalidad posible, nuestro profesor nos contó la historia de ‘El portero del prostíbulo’ y nos sirvió de inspiración para las actividades que haríamos después.

Aquí el link de la historia:

Historia Portero del prostíbulo.

La clase comenzó con esta frase:

Dios creó a los humanos porque le encantan las historias.

Y es verdad, o algo parecido sentimos nosotros cuando jugamos a los Sims (y les quitamos las escaleras de las piscinas).

Pero no todo es contar historias.También hay que crearlas, y para ello, obtuvimos  las herramientas necesarias para pasar de ser storytellers a storymakers o creadores de historias:

-Lo primero es seguir una estructura. Lo ideal es que tenga un inicio, con su debida descripción del escenario y de los personajes, uno o varios conflictos, y un final.

                                         

-Para que nuestra historia sea de cinco estrellas, y tenga efecto en el público, tendremos   que tener en cuenta las siguientes pautas:

• Realizar una investigación previa.
• Crear un relato con estructura narrativa,organizada y descriptiva, para que sea más fácil para los oyentes introducirse en él.
• Que exista una moraleja, una verdad universal.
• Hacer preguntas a nuestros oyentes, darles voz, ya que ellos serán los verdaderos protagonistas.
• LLamadas a la acción.

Así nosotros, que tenemos mucho cuento, creamos un relato a partir de palabras que introdujimos en un globo y que explotamos cada uno como buenamente pudo.

El resultado fue una historia, pero no precisamente normal, y si no que se lo digan a Ramón, el protagonista, que comenzó haciendo giras con sus animales parlantes para acabar creando una fábrica de jamones y dándole la vuelta al mundo con dos monjas, que además son madres.

Por haber sido tan originales, (y porque se le olvidó el dia anterior), nuestro profesor nos regaló una segunda frase con la que acabaremos el blog hoy:

                                           

                               

FELIZ SAN VALENTÍN