STORYTELLING





Érase una vez, en una tarde a mediados de febrero, un grupo de hormiguitas llamadas por la formación se reunían en un importante lugar “El hormiguero SUINSA” de una ciudad llamada Bailén.

Había hormigas de diversos lugares, algunas venían desde muy lejos, otras vivían más cerca, pero cada una de ellas indistintamente había trabajado mucho para llevar un fruto y compartirlo con el resto. ¡Será todo un manjar!-decían. 

Estos frutos eran muy variados, se podían ver algunos enormes, otros más pequeños, con cáscara, sin ella… Y como no, a cada hormiga le preocupaba que al resto no le gustara ese fruto que tanto esfuerzo le había llevado conseguir.

Le tocó presentar el fruto a la primera hormiguita y siendo consciente de que estaba algo picado por un lado, ella lo agarró con sus patitas y temblorosa, expuso por qué había elegido ese fruto. Resulta que en su pueblo comer ese fruto era signo de obtener el éxito porque en parte había que atravesar un gran campo de olivos y excavar un gran hoyo para poder encontrarlo, además cada habitante sólo podía llevarse uno de estos frutos cada 10 años. La hormiguita vio que esta era la mejor oportunidad para hacerlo y además quiso compartirla con este grupo. ¡Todos maravillados más que por el fruto, por su historia aplaudieron fuertemente y elogiaron el hecho! 
Esto mismo ocurrió con cada una de esas hormigas y sus aventuras. ¡Las imperfecciones de sus frutos se convirtieron en ilusiones, consejos e ideas! Porque:


Para celebrarlo todas comieron ese festín y una hormiguita cumpleañera y futuro papi les invitó a este delicioso postre!!


¡Y colorín colorado este cuento, gracias a un maravilloso recurso como es STORYTELLING, se ha acabado! 

Prueba a contar tu propia historia porque puedes obtener muchos beneficios!





Comentarios